martes, 31 de enero de 2012

El aislamiento del pueblo Mashco-Piro

 



   Aislados de las grandes metropolis que dejan en los hombres el rastro del afán y el vacío de la codicia. Aislados de las universidades, donde la verdad es un amanecer que se alarga y se extiende, pero nunca llega a la luz plena. Aislados de la palabra escrita, de la música, de los manicomios. Aislados por completo del acecho del dinero que corrompe y de las vanidades de una moda, de un vestido. Aislados de lo que no saben que se están perdiendo. Aislados de raíz, sin lugar en nuestro "abierto" y "libre" sistema social. Aislados de las cámaras donde entran las masas, los amores, las familias, la Historia. Aislados de los debates políticos del país, lejos de las cortes y los palacios, atrincherados en la selva. Aislados de los policías, de los humoristas de televisión, aislados de la hijueputa televisión, y aislados de usted, de sus amigos, de mí, de la gente a la que hablo y a la que critico; aislados de los que conocemos y de nuestros propios límites. Aislados del tiempo, safados por completo de una medición posible. Todo sobre ellos sería una mentira. No quieren decir nada. No quieren vernos cerca. 
   Igual, mejor que se queden lejos de esta mierda. 
   No saben de lo que se están salvando.